Esta es la segunda parte de mi serie sobre el sistema nervioso. Lee aquí la primera parte, "El sistema nervioso y su función en el estudio, aprendizaje de memoria y miedo escénico"
El neurólogo Hughlings Jackson hizo un descubrimiento en el siglo XIX, que todavía sirve de base para prácticamente todos los modelos del sistema nervioso. Observó que cuando el cerebro está lesionado o estresado, recurre a un nivel funcional menos diferenciado, evolutivamente más primitivo. (Aquí cito al investigador de trauma Peter A. Levine.)
Perdona, ¿quételocuá? Lo expresaré en mis propias palabras: Jackson descubrió que cuando las personas no se sienten seguras, su sistema reacciona automáticamente y tienen poco control sobre sus impulsos. Esto significa que las situaciones ya no son dirigidas desde sus pensamientos conscientes, sino desde pensamientos y reacciones corporales inconscientes.
Es decir: Reacciones como equivocarse en los lugares más impensables ("¡Nunca me había equivocado allí!"), O bien: estudiar mucho y aún así no tener la pieza segura de memoria, o bien: no poder tener el miedo escénico bajar control, a pesar de buenos pensamientos e intenciones. En otras palabras, porque combinamos una pregunta de un sistema nervioso consciente con una respuesta de otro sistema nervioso inconsciente: son idiomas diferentes, es un no entenderse, no hay acuerdo.
Sin embargo, el cerebro consciente y el cerebro inconsciente tienen una cosa en común: son capaces de aprender y pueden desarrollarse. Lo consciente puede volverse inconsciente y viceversa. Es decir, con la práctica y la experiencia, podemos poner a disposición del cuerpo la respuesta que deseamos en una situación determinada, en forma de decisión espontánea.
Esto, y ahora que lo escribo lo hago más consciente, es la esencia de mi trabajo, que he estado cultivando a lo largo de los años y con el que acompaño a otros, músicos y no músicos. Que cuando salgamos al escenario, no haya nada más que nosotros y la música. Entonces no tenemos que pensar nada especial, no tenemos que hacer nada especial, no tenemos que ser nada especial. Sólo nosotros mismos.
Nos guste o no, siempre somos nosotros mismos en el escenario. Sin embargo, con el tiempo podemos cambiar quién es el que se sube a ese escenario.
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